Para ello, se renovó el miembro más antiguo de la familia de edificios y se volvió a hacer visible en el exterior su estructura de entramado de madera. Se vació el interior y se reestructuró la planta, pero el restaurante y su entrada se dejaron en el lugar conocido. Seis de las 60 habitaciones están situadas en la primera planta. La novedad es un edificio de conexión acristalado en forma de cubo que se inserta entre el antiguo y el nuevo edificio de 1996. Alberga la entrada del hotel; por primera vez, el edificio cuenta con un vestíbulo real con recepción y un bar, que se extienden a la derecha hacia el edificio de los años noventa. Éste también fue renovado y reconvertido y ahora también incluye la sala de desayunos y otras habitaciones. La mayor parte de las habitaciones se encuentran en el nuevo edificio de la parte trasera, para el que hubo que construir un edificio de ladrillo de los años setenta. El edificio de dos plantas se ha escalonado con una gran terraza y una amplia vista sobre Verl. Aquí pueden celebrarse conferencias o grandes celebraciones. Por último, el sótano alberga la zona de bienestar.

Kai Beckmann contrarrestó las antiguas diferencias de altura y rampas con el truco de insertar una escalera central con ascensor que conecta todas las partes del edificio. Sus plantas encajan entre sí mediante entreplantas; ahora todo el conjunto está libre de barreras.

Estrecha coordinación

El arquitecto y la interiorista colaboraron estrechamente y pudieron coordinar desde el principio las medidas estructurales y los materiales para el posterior diseño interior. Katharina Reinkemeier se inspiró en lo que ya había y lo desarrolló aún más. Los colores negro y latón dominan el vestíbulo y el bar. Como un leitmotiv, ciertos elementos -como los tonos dorados y amarillos- se repiten por todo el hotel. Los paneles de las ventanas de la fachada del nuevo edificio retoman esta idea y entrelazan así el interior y el exterior. Todas las habitaciones, de entre 20 y 40 metros cuadrados, están amuebladas individualmente con gran atención al detalle; los objetos históricos se combinan con el mobiliario moderno a modo de spolia, las vigas entramadas abiertas contrastan con los dibujos de nubes en paredes y suelos. En la feria "Münchner Stoff Frühling 2020", el concepto de coexistencia de lo antiguo y lo nuevo fue galardonado con el primer premio del Interior Award en la categoría "Contract".

En el discurso laudatorio se dice: "El jurado quedó entusiasmado por cómo se modernizó cuidadosamente el edificio de entramado de madera, cómo se escenificaron los elementos históricos y se revisitaron juguetonamente con motivos. Algo único, algo muy especial". Con esto último, el jurado recoge el nombre del hotel: WunnersWat procede del bajo alemán y significa exactamente eso: algo especial.

Las placas enrasadas ponen el contrapunto a la sencillez

A pesar de la riqueza de detalles de la grifería, los proyectistas eligieron elementos sobrios y elegantes de TECE para los baños y la zona SPA. Las placas de accionamiento para WC de las series TECElux Mini (aquí en blanco) y TECEsquare se caracterizan sobre todo por poder empotrarse en la pared como piezas muy planas. Dependiendo del fondo, las TECElux Mini blancas o negras se integran visualmente o, por el contrario, proporcionan un contraste de color. TECEsquare, por su parte, está disponible en versiones de cristal o metal; en WunnersWat se utilizó la elegante versión de cristal negro.